viernes, 25 de agosto de 2017

El nuevo malaguismo necesita una nueva Rosaleda


Dejo aquí el artículo publicado en Malaguismo.com el pasado 21 de julio. Muy agradecido por ello. 

http://www.malaguismo.com/2017/07/21/nuevo-malaguismo-necesita-una-nueva-rosaleda/

Desde abril (¡desde abril!) se está hablando del tope salarial del Málaga para la temporada que ya ha comenzado y del problema que supone. Como casi siempre, se trata de buscar un problema donde no lo hay y machacar hasta hacer el ridículo.

Una vez obtenidos los permisos para comenzar la Academia (¡después de 7 años, desde 2010!) creo que el principal “tope” que tiene el Málaga, el que nos impide crecer de verdad, es la mini Rosaleda. Ahí sí que tenemos un problema. 

Frente a los grandes estadios de los grandes equipos, en Champions se fijó la capacidad del nuestro en 28.500 espectadores, con el tope, más o menos, de los 26.000 abonados que fuimos ese año. Es un argumento totalmente falso que debemos tener el estadio lleno antes de aspirar a otro más grande.

Es un argumento muy “malagueño”. Tuvimos que esperar años para tener el Martín Carpena. Tuvimos que estar años en caravana para ir a las playas de la costa antes de tener las autovías. Y más años para que se mejorara el tren a Fuengirola. Tenemos que gastar una o dos horas cada día para ir al PTA por la mañanas, etc, etc.

Siempre hay un motivo para no hacer las cosas. Y nos quedamos atrás. El Betis va a tener un estadio de 60.000 espectadores, San Mamés tiene capacidad para 53.000, Sevilla 42.500, Espanyol 40.500, Anoeta va a llegar a 42.000. Frente a un tope salarial en la temporada pasada de 43,1 millones el Málaga, el Betis (con su estadio actual) lo tuvo de 44,6 millones, Bilbao 61,4 millones, Sevilla 123,8 millones, Español 47,7 millones, Real Sociedad 56,7 millones. Con estos equipos, y con estas ciudades a la hora de captar empresas y puestos de trabajo, competimos.

Para irradiar malaguismo necesitamos el doble de abonados. Necesitamos 40.000 socios. Y solo podríamos llegar con el estadio actual a unos 28.000. Necesitamos al doble de personas yendo al estadio cada domingo, hablando del partido cada lunes, 40.000 personas repartidas por la ciudad y provincia contando sus experiencias en el campo. Esto duplicaría, seguramente, las ventas en las tiendas oficiales. Y atraería a nuevos patrocinadores y anunciantes. Y llamaríamos mucho más la atención en el mundo de los medios. Además ganaríamos peso, seguramente, en los despachos. Incluso, es posible, tantos predicadores aguafiestas y negativos se verían obligados a moderar su discurso por temor a la reacción de los malaguistas. Por temor a que cada vez más personas los llamaran mentirosos en sus caras.

Este nuevo medio, Malaguismo, ha nacido con otro estilo. La información puede ser la misma pero los titulares son totalmente opuestos a los que estamos acostumbrados a leer. Las cosas se pueden decir de otra manera. Y nosotros estamos acostumbrados (salvo honrosas excepciones) a recibirlas desde la óptica negativa. Desde el afán de hacer daño desde el mismo titular.

Por culpa de este entorno, la idea de un estadio el doble de grande suena a locura. No faltarán argumentos en contra. Y, claro, muchos encantados con los argumentos en contra. Tenemos muy pocos políticos comprometidos con el equipo de la ciudad y, sobre todo, conocedores y conscientes de la importancia de tener un equipo grande. Se ha demostrado con la Academia: ¿quiénes han tirado del carro? (me salen dos). El primer argumento será: el dinero público no puede invertirse en La Rosaleda. Pero si el club pide comprar la instalación el argumento será: las instituciones no pueden vender a un club privado. Rápidamente aparecerá la palabra maldita: “negocio”. Y tendremos montado, nada más empezar, un tinglado parecido al de Antonio Banderas con el Astoria. Málaga parece que no tiene derecho en pensar a lo grande. 

Pero si preferimos seguir siendo “medianitos”, entonces, por favor, reventaores, dejen de machacar al Málaga y de exigirle lo que no puede dar. Con nuestro estadio (y con la afición que genera dicho estadio) el Málaga no puede aspirar a nada. A mitad de la tabla como mucho. En el fondo, creo que es lo que le gusta a nuestros predicadores: tener argumentos para rajar cada día, todos los días. El Málaga les importa cero. 

Pero si ha nacido Malaguismo es porque no estamos solos. Si ha nacido Malaguismo es porque hay un público que espera una nueva forma de ver las cosas. Ojalá se contagie el malaguismo de a pié y de las instituciones y la idea de un club grande gracias a tener un gran estadio se vaya abriendo camino. Suerte para todos.

10-sep-2017:

Añado este cuadro incluido en la publicación de Palco 23: "El recinto deportivo del siglo XXI"