miércoles, 24 de abril de 2024

La magia del interés compuesto aplicada a las economías

Se atribuye a Albert Einstein frases como "el interés compuesto es la fuerza más poderosa del Universo" o "el "interés compuesto es la octava maravilla del mundo".

El interés compuesto se utiliza en finanzas, principalmente para valorar inversiones y para incentivar el ahorro a largo plazo de particulares (compra de acciones, fondos de inversión, planes de pensiones, etc.)

Se me ha ocurrido aplicar la fórmula del interés compuesto a las economías (PIB) de la Zona Euro, Estados Unidos y China, haciendo el año 1999 =100, y el resultado en un gráfico ha sido este:

 Vamos a intentar explicar el razonamiento.  

Desde hará unos cuarenta años llevo recibiendo en mi casa el Informe Mensual de CaixaBank Research. Y aprovecho para dar las gracias por ello.

En los mencionados informes se puede ver este cuadro:


Tenemos cómo han crecido estas economías desde el año 2000 hasta 2023. Si hago 1999 = 100 (el crecimiento de 2020 ya está incluido en el cuadro) podemos ver la evolución de las economías seleccionadas desde entonces.

La evolución de los primeros años y de los últimos sería así:

 

Este sería el cuadro resumen:

Para el cálculo de crecimiento promedio anual he utilizado la formula de la TIR (Tasa Interna de Retorno):

 

Pensaba llegar hasta aquí en esta entrada. Al fin y al cabo solo pretendía aportar un ejemplo de otra aplicación de la magia del interés compuesto.

¿Pero no tienen curiosidad por cómo es el PIB actual de las tres economías seleccionadas y cómo era en 2020?. He acudido a Datosmacro.com y he preparado el siguiente cuadro:


 Algunos comentarios pueden ser:

- Se observa el crecimiento real de la economía china. Ya ha superado a la Zona Euro y en unos cuantos años podría convertirse en la primera potencia económica mundial.

- En 2020 la economía USA era 8,5 veces superior a la china. Y la Zona Euro 5,2 veces mayor. En 2023, la economía USA solo es 1,5 veces mayor. Y la Zona Euro ya está por debajo (0,9 veces).

- El desempeño de la economía americana es mucho mejor que la europea. Aquí se ve otra vez el efecto del interés compuesto a largo plazo, con solo una pequeña diferencia de crecimiento anual entre el 2,9% de USA y el 1,3% de la Zona Euro).

Gráficamente el cuadro quedaría así:


Todas estas realidades económicas se trasladan a la geopolítica mundial. Pero en este asunto no entramos. Me quedo con la pequeña satisfacción personal de haber aprendido cosas preparando esta entrada y que igualmente pueda servir para más personas.


lunes, 22 de abril de 2024

El Administrador Judicial aprovecha la 3ª división para ocultar información que es obligatoria en el futbol profesional

Esta tarde @AdrianMCF me envía un tuit del Osasuna con un comunicado donde resumen los estados financieros intermedios a 31-diciembre-2023 (media temporada) así como un enlace a los mismos.

He ojeado el apartado de la Ley de Transparencia del Málaga y casi toda la información acaba en la temporada 2021-22. En la temporada 2022-23 (terminada el 30 de junio) descendemos al futbol no profesional y ya el Administrador Judicial "no tiene obligación legal" de informar de determinadas cuestiones. 

Para empezar, ni siquiera informa en las cuentas anuales del cumplimiento de los ratios de control económico de La Liga correspondientes a la temporada 2022-23.

En segundo lugar, los presupuestos de la actual temporada 2023-24. Esto es muy fuerte porque desde la constitución de la sociedad Málaga Club de Futbol S.A.D., el 29 de junio de 1994 (vamos para 30 años), todos los años los accionistas hemos dispuesto del presupuesto de la temporada en curso.

Una cuestión por la que nadie se ha interesado en el "entorno" del club. El cortijo está perfectamente blindado.

En consecuencia, tampoco podemos esperar que el Administrador Judicial publique los estados financieros intermedios a 30 de diciembre.

Pero da igual, parece que a nadie del "entorno" le interese conocer datos económicos del Málaga. La realidad es que nunca les ha interesado. Con la consigna de la desaparición o "refundación", todos contentos.

En fin...

lunes, 11 de marzo de 2024

¿Son elevados los impuestos en España?

 

Artículo de José Benítez Rochel publicado ayer, 10 de marzo de 2024, en Diario SUR.


Ayer era portada en SUR un excelente trabajo de Nuria Triguero (con infografía de Encarni Hinojosa) titulado: Un trabajador medio en Málaga dedica un tercio de su sueldo a pagar impuestos.

El trabajo viene acompañado de dos igualmente excelentes artículos: uno de José Benítez y otro de José Manuel Domínguez titulado La presión fiscal en España: cuestiones básicas.

El artículo de  José M. Domínguez está disponible en su blog personal Tiempo Vivo (aquí). Por su interés, ya que es muy didáctico, dejo aquí el texto del artículo de José Benítez (las negritas son mías):

 

¿Son elevados los impuestos en España? 

La respuesta es «depende»:  de con qué país nos comparemos, de cómo nos comparemos y de lo que recibimos a cambio

José Juan Benítez Rochel,  profesor titular de Economía Aplicada (Política Económica) en la Universidad de Málaga

Domingo, 10 de marzo 2024
 

Depende. En Economía, la respuesta correcta a casi todas las preguntas comienza con un «depende». Y más aún en aquellas que están relacionadas con los impuestos. De entrada, en este tema, como en otros muchos, cualquier análisis riguroso debería evitar caer en el sesgo de la confirmación, es decir, en buscar datos que apoyen opiniones preconcebidas o determinadas opciones políticas.

Supongamos, por ejemplo, que queremos justificar una subida de impuestos en España y para ello nos interesa demostrar que los impuestos son relativamente bajos y que, por tanto, existe un amplio margen para aumentarlos, tomando como referencia los países de nuestro entorno.

Podemos acudir, en primer término, a la presión fiscal, definida como el porcentaje que representan los impuestos sobre el producto interior bruto, esto es, sobre la riqueza que se crea en un año. En este caso, los últimos datos disponibles en Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea (UE), referidos a 2022, señalan que ese porcentaje era en España del 38%, inferior no sólo a países como Alemania (42%), Italia (43%), o Francia (48%), sino incluso a la media de la UE (41%). De hecho, España estaría entre los países de la UE con menor presión fiscal. Conclusión: los impuestos en España son bajos.

Supongamos, por el contrario, que nos interesa demostrar que en España los impuestos son demasiado elevados. Aquí, en vez de la presión fiscal, podemos tomar como indicador el sacrificio fiscal, definido como el porcentaje que representa la presión fiscal sobre la renta per cápita. La idea es que no es lo mismo pagar el 42% de impuestos cuando se tiene una renta per cápita de más de 43.000 euros como pasa en Alemania, que hacerlo cuando apenas se superan los 30.000 euros como ocurre en España. Pues bien, de acuerdo con dicho indicador, el sacrificio fiscal de España en 2022 (0,125%) fue superior a la media de la UE (0,116%) y al que existía en Alemania (0,098%). Conclusión: los impuestos en España son altos.

Además, podríamos cambiar el enfoque. Al fin y al cabo, tanto la presión fiscal como el sacrificio fiscal son medidas agregadas que poco nos dicen acerca de lo que nos ocurre a cada uno de nosotros. Cada cual podría hacer su propio balance fiscal y comprobar si paga más impuestos de lo que disfruta por los servicios públicos que recibe. Porque lo cierto es que cada vez que compramos algo o recibimos un salario por nuestro trabajo estamos pagando un impuesto, y no solamente cuando nos toca realizar la declaración de la renta. Por otro lado, cuando paseamos por un parque, nos desplazamos con nuestro automóvil por la autovía o realizamos una consulta a nuestro médico en el centro de salud, estamos recibiendo un servicio público. En este sentido, el debate sobre si se paga mucho o poco en impuestos está ligado, lógicamente, a cómo los gestores públicos gastan nuestro dinero.

Nada es gratis. Tampoco los servicios públicos que deben ser financiados. Tan evidente es esta realidad que el Estado utiliza el monopolio de la fuerza que tiene en las sociedades avanzadas para obligarnos a contribuir, mediante el pago de impuestos, a la provisión de los servicios públicos. El que no paga lo que le corresponde se expone al embargo de sus posesiones, al pago de una multa y, si la cantidad defraudada es muy elevada, puede acabar en la cárcel. 

Ahora bien, ¿quién debe financiar los servicios públicos? Aquí el economista, como científico social, puede encogerse de hombros y responder «no lo sé», aunque como ciudadano puede tener una opinión tan válida como cualquier otro. Por ejemplo, supongamos que hemos convenido que debe pagar más el que más tiene. No obstante, este principio debe concretarse en una cantidad: ¿cuánto más? Imaginemos el ciudadano A que percibe 100.000 euros al año y paga 10.000 en impuestos, es decir, un 10%, mientras que el ciudadano B percibe 30.000 y paga 6.000 en impuestos, es decir, el 20%. ¿Quién paga más? Uno paga más en términos absolutos y otro en términos relativos. Podemos complicar la discusión y preguntarnos por qué A gana más que B. ¿Y si A ingresa más que B porque trabaja más, tiene más talento, ha asumido más riesgos, o, simplemente, ha tenido suerte? ¿Estaríamos legitimados a hacerle pagar más por ello? ¿Y si B es la única fuente de ingreso de una familia numerosa que tiene a su cargo a un abuelo con un elevado grado de dependencia? ¿No se debería reducir su carga impositiva o, incluso, establecer alguna ayuda adicional?

En definitiva, no existe una respuesta absoluta a la pregunta que da título a este artículo, ni a nivel agregado ni a nivel individual. Es una cuestión que solo puede responderse en el ámbito normativo donde, a diferencia del positivo, es la ideología o la persuasión la que nos conduce a un lugar u otro. 

 

Anexo (24-abril-2024):

Dejo por aquí este cuadro preparado con el PIB por habitante, presión fiscal y esfuerzo fiscal de los cinco países donde se juegan las principales ligas de futbol: