Está
claro que los ingresos determinan el nivel de deuda que podemos asumir. Pero
está más claro todavía que la deuda solo se paga con lo que queda después de restar determinados gastos a los ingresos. Solo se puede pagar con lo que nos queda
después de atender, en primer lugar, los gastos necesarios para vivir. Por tanto, la relación Deuda / Ingresos no es del todo correcta.(Ahora
mismo se me ha venido a la cabeza esta expresión que oí a un amigo hace algún tiempo: “me
gustaría vivir como vivo, pero pudiendo”).
Como
dijimos en la entrada nº 4, cuando una familia no paga la hipoteca es porque,
después de los gastos de alimentación, luz, agua, vestido, etc., NO QUEDA PARA
PAGAR EL PRÉSTAMO.
Por
tanto, una forma de ver cuánto de endeudada está una empresa es comparar los
fondos libres generados con su endeudamiento, ya que solo con los “fondos
libres generados” se podrán pagar los préstamos.
Un
ratio muy usual para medir el nivel de endeudamiento de las empresas y su
capacidad de pago es el de EBITDA/Deuda. Si buscan en Google obtendrán
muchísima información (y formación) al respecto.
El
EBITDA (Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation, and Amortization = beneficio
antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) es una medida
comúnmente aceptada de la capacidad de generar dinero de las empresas.
Se
puede entender mejor si decimos que el EBITDA es el resultado de restar a las
ventas los gastos necesarios para que se puedan llevar a cabo dichas ventas (compras, salarios, gastos
generales, etc.). En nuestro caso, he estimado el EBITDA sumando a los
Resultados Ordinarios las Amortizaciones. Las amortizaciones son realmente un
apunte contable, NO es un pago en efectivo. Las Amortizaciones miden el “coste
anual” de los fichajes realizados años atrás. Si se ficha por 9 mill. a un
futbolista por 3 años, los 9 mill. no son gasto del año en que se ficha sino que
se divide el importe durante los 3 años que va a durar el contrato: 3 + 3 + 3 =
9. Puesto que esos 3 mill. no son realmente un pago anual en efectivo, podemos
sumar esta partida al Resultado Ordinario y obtener, así, el EBITDA.
Si
han buscado en Google seguro que han obtenido valores de EBITDA/Deuda de las
empresas más importante. En el caso de nuestro fútbol los resultados son los
siguientes:
Les
puedo decir que a partir de un ratio Deuda/Ebitda > 4 una empresa ya está
muy endeudada. Y que un ratio Deuda/Ebitda > 7 hace dudar de la capacidad de
la empresa para poder atender su endeudamiento e incluso de su supervivencia,
lógicamente dependiendo del sector en el que opere.
Los
resultados obtenidos nos muestran el exagerado nivel de endeudamiento del
futbol español.
¿Y cómo se llega a esto? Pues una razón, sin duda, es que los
clubs saben que nadie les va a exigir el pago de las deudas bajo la amenaza de
la desaparición. Así de simple. Salvo que el club pertenezca a una ciudad muy pequeña que no tenga la suficiente fuerza mediática, en cuyo caso es más fácil
presionar. Ya se sabe: fuerte con el débil, débil con el fuerte