lunes, 2 de marzo de 2015

Algo sobre la financiación de la universidad

El 26 de febrero Vicente Cuñat publicó una interesante entrada titulada Turismo Concursal en el blog Nada es Gratis.


La entrada está relacionada con las denominadas leyes de segunda oportunidad para personas físicas de las que se está hablando en estos días.



El artículo acababa con este párrafo:



Algunos ejemplos recientes incluyen al cantante Shane Filan, o al ex-ministro Ivan Yates, ambos irlandeses. Como apuntaba anteriormente, la bancarrota personal es particularmente atractiva cuando se tienen, simultáneamente, muchas deudas y mucho capital humano. Por eso, el gobierno del Reino Unido ha incorporado algunas restricciones. En particular, las deudas contraídas para realizar estudios (por ejemplo un préstamo para pagar la matrícula de un master) están excluidas del proceso de bancarrota y se pagan a la española, con todos los ingresos futuros, aunque los estudiantes no están obligados a pagar hasta que no alcancen ingresos de 21 000 libras.




Al leer la referencia a la financiación de los estudios universitarios me acordé de haber leído algo al respecto en el libro Economía de Urgencia:






Efectivamente, en su página 52 se puede leer esto:

Otro modelo universitario


En alguna ocasión se ha propuesto una reforma de la universidad que básicamente consiste en reproducir el sistema anglosajón, pero siempre ha habido un movimiento de resistencia muy grande con el argumento de que "Spain is different". Pero en esto, como en otras cosas, España es diferente para mal.


El modelo inglés y el australiano funcionan de la siguiente manera: el Gobierno da a los alumnos un crédito para que puedan estudiar, que cubre tanto la matricula (que en Inglaterra puede costar hasta 12.000 euros) como los gastos de residencia y manutención, y los alumnos lo devuelven cuando estén trabajando. Si su carrera no tiene futuro o tienen mala suerte y no encuentran un empleo digno, no lo tienen que devolver. Solo se les obliga a devolverlo a partir de cierto nivel de ingresos. Con este método, el estudiante devuelve el préstamo solo si le va suficientemente bien.


Con estos antecedentes, me permití escribir el siguiente comentario a la entrada porque me sorprende leer algo tan alejado de la realidad española:

"Me gustaría comentar el último párrafo. Me ha llamado la atención porque enlaza con algo leído en este blog y en sus libros. En el Reino Unido la universidad la pagan los alumnos vía préstamos que devolverán en el futuro si tienen un determinado nivel de renta. Por lo leído en el párrafo estos préstamos se pagan si o si. Creo que es una demostración de la importancia que se le da a la Universidad y a la educación en el Reino Unido. Y creo que es algo aplicable a España, donde se nos quiere hacer creer que “Todo es Gratis” y, por tanto, la universidad, también."



Al día siguiente recibí la siguiente respuesta del autor, Vicente Cuñat:

"Sí, es cierto. Tras la última reforma universitaria, las matriculas para el equivalente a la “licenciatura” en el Reino Unido son de 9500 libras por año. Tanto el pago del coste de la matrícula, como los gastos de manutención se pueden diferir mediante un crédito. Este no computa intereses ni se paga hasta que el graduado empiece a ganar más de 21000 libras anuales. El pago del crédito está formalmente ligado a la declaración de la renta y no está sujeto al proceso de bancarrota".
Intentare escribir un post explicándolo y si puedo, buscar evidencia sobre los efectos distributivos de esta medida."



Todo esto viene a cuento porque estamos en campaña electoral y nadie se atreve a proponer medidas impopulares. Lo popular es prometer que todo será gratis para todos.  Y ya se sabe que un buen eslogan siempre vence a la mejor solución.