martes, 17 de mayo de 2016

Más sobre los derechos de TV: somos un equipo mediocre en una ciudad mediocre


Me alegra de que durante las últimas dos o tres semanas hayamos cambiado el discurso de “no nos jugamos nada” a “la importancia de quedar octavos”. Me tienen que permitir el “autobombo”, pero el 16 de marzo dejaba aquí escrito lo que significaba en términos monetarios quedar lo más arriba posible. 

Me parece que ha llegado el momento de seguir avanzando en otros conceptos e ideas. 


El 50% de los derechos televisivos se reparte a partes iguales. Un 25% se reparte según clasificación de los últimos cinco años, con unos porcentajes fijados en el Real Decreto-ley publicado en el BOE. Y el otro 25% se reparte se función de la “IMPLANTACIÓN SOCIAL” de cada club. 

Este 25% se reparte en función de criterios más subjetivos: número de abonados, asistencia al estadio, audiencia televisiva, estado del césped e instalaciones, etc. 

Pues bien, mientras nuestra situación deportiva es envidiable: los octavos, la “implantación social” del Málaga es mediocre. Tan mediocre como el entorno que cobija al equipo (bueno, más que cobijar: atacar) 

Según el cuadro publicado por @PlusFutbol el 1 de marzo (que dejo más abajo) el reparto del tramo “implantación social”, para unos ingresos totales por televisión de 1.447 mill., sería el siguiente: 



(1.447 mill. sería el total de derechos cobrados, el 90% para la primera división serían 1.302 mill. El 25% de 1.302 mill. son 325,5 mill.)


Aquí vemos como el Málaga ocupa el puesto 12, por debajo de la mitad de la tabla, con 10 mill. menos que el Bilbao, 6,5 mill. menos que el Sevilla, 5,0 menos que el Villarreal, 2,5 menos que el Betis o 2,0 mill. menos que la Real. Entre nosotros y el Getafe, por ejemplo, solo hay una diferencia de 1,5 mill. en "implantación social". Somos auténticamente mediocres. 

¿Por qué somos mediocres en “implantación social”? 

En mi opinión, por la suma de varios factores (y disculpen las generalizaciones, pero si empezamos a matizar esto se hace muy largo): 

- Clase política mediocre. Y demasiados concejales y delegados mentirosos. Cinco años de milongas para unos simples campos de fútbol, y una vida por delante para “reprochar” al Málaga que esa Academia “es un regalo” (¡valiente mentira!). Presumiendo de que el mini estadio que tenemos es suyo y no del Málaga. Y de que nunca te lo voy a vender ni te voy a dejar que hagas otro en otro sitio. Eso sí, después ponen el ejemplo de otras ciudades. Políticos serviles a Sevilla, que les pone en las listas. Humillante. ¡Ah, y la mayoría son del Madrid, del Barcelona, o del Betis! 

- Clase periodística mediocre. Muy pocos, pero que muy pocos son malaguistas. La inmensa mayoría pendiente de otros colores. Prensa al servicio del poder. Nunca dispuesta a enfrentarse con los políticos. Porque estamos en crisis y los medios están muy expuestos a la propaganda institucional. 

Y en vez de querer imitar a ronceros y manoletes, con la camiseta siempre puesta, parece que el modelo a seguir es el “kakapuniano”. Hacer todos los días el máximo daño posible para que hablen de mí. 

- Afición mediocre en número. Lógicamente, no podemos esperar otra cosa del entorno en el que nos movemos. Respeto tranquilamente a los que son de otros equipos, pero me rechina que, sin ser del Málaga quien me hable, todo lo que me diga del Málaga sea negativo. Por lo menos, si no eres del Málaga, deja al Málaga en paz. Que si el jeque no pone pasta, que si este año vendemos a medio equipo, que nos vamos a segunda, etc., etc. 

Algunos creen que por ser una ciudad grande vamos a tener un equipo grande. Pero todo en la vida requiere esfuerzo, dedicación y acierto. Y nadie regala nada. Y menos a nosotros: “enteraos y reventaores”. ¿Pero quién nos hemos creído que somos…? 

En resumen, una “implantación social” mediocre a la altura de nuestros políticos, prensa y número de aficionados . 

¡Viva el Málaga! 


Aquí el cuadro mencionado más arriba