lunes, 1 de enero de 2018

Hay que creer en las cuentas. Hay que creer en la ciencia. No en los chamanes



La contabilidad es una ciencia. Se estudia en todas las universidades del mundo. Busca reflejar la "imagen fiel" de las empresas. En una  primera etapa se anotan los acontecimientos económicos que van sucediendo en la empresa. Y no es un divertimento,  no se trata de un trabajo parecido a rellenar un crucigrama. En una segunda etapa, se trata de entender qué ha sucedido en el pasado y cómo podemos prever el futuro más cercano a la vista de los datos. Aquí es donde se ve la utilidad de la informacion contable, de las cuentas anuales de las empresas.

Ayer, nada más abrir el periodico que leo desde que tengo uso de razón, en la página 2, pude ver una impecable "Carta del Director". Recomiendo su lectura completa, pero dejó aquí estas frases:




Al llegar a la sección de Deportes me encontré con el artículo de cada dia, lo cual me impulsó a este tuit:


Hay que creer en las cuentas, Sr. Cortés. Las cuentas del Málaga antes del Concurso de Acreedores ya decian que era una empresas insostenible, condenada a la quiebra, aunque estuviera gestionada por amigos: 

 

 - Con unos ingresos ordinarios de 19,0 mill. nos permitíamos unos costes salariales (incluidas las amortizaciones anuales por los fichajes realizados) de 23,7 mili. Un 25% más. Las cuentas de 2005 nos dicen que era la práctica habitual, no de un año aislado.

- Este modelo de negocios se podía sostener si cada año se vendían jugadores que permitieran compensar esas pérdidas. No era el caso del Málaga, que en los años 2005 y 2006 presentó pérdidas por 9,0 y 5,2 mill. respectivamente. De no haberse vendido jugadores las pérdidas habrían sido mayores: 13,6 y 12,2 mill. Una empresa con pérdidas permanentes está condenada a la desaparición.

- Lógicamente, si los gastos superan los ingresos la diferencia (salvo que alguien ponga el dinero) se traslada a deuda. Hay que pedir prestado (o dejar de pagar) el dinero necesario para esos gastos mayores que ingresos.

- Se utiliza como indicador de endeudamiento en el mundo del futbol la relación deuda / ingresos ordinarios. En aquellos años la deuda superaba a los ingresos ordinarios en una relación 1,5 y 2,1: cada año peor.

¿Y cómo está ahora el Málaga? Pues nada que ver con aquellos años:


- Para empezar, podemos atender la carga salarial. Ahora solo representa un 71% de los ingresos ordinarios.

- En segundo lugar, pero no menos importante, el Málaga no depende de los traspasos para sobrevivir. Incluso sin traspasos este último año hubieramos obtenido beneficios. 

- Para finalizar, la deuda es inferior a la cifra de negocios. De una deuda del doble de los ingresos ordinarios hemos pasado a una deuda que representa el 80% de los ingresos actuales (de 2,1 a 0,8)

En resumen, no se puede despreciar lo que se ignora.