domingo, 10 de abril de 2016

Las tres caras de los fondos de inversión futboleros


Aunque los fondos de inversión ya están prohibidos por la FIFA, en eso que se llama “el fútbol español” se sigue defendiendo su utilidad y se apuesta por una regulación favorable.

Un fondo de inversión es una empresa cuyo activo (activo = lo que tiene) es uno o varias futbolistas. 



1. Los fondos “buenos”. 

Miguel Ángel Gil Marín: “no se pueden entender los siete títulos conquistados por su club en el último lustro sin la ayuda de este instrumento financiero. Falcao, Diego Costa, Miranda o Arda Turan llegaron al Atlético por esta vía” (El País, 30-abril-2015).

“En España, Atlético de Madrid, Valencia, Sevilla, Getafe, Sporting, Granada y Cádiz son los clubes que más han trabajado o trabajan con los grandes fondos de inversión” (misma noticia)”

Se defiende la regulación de los fondos bajo dos argumentos principalmente:

a) Mejora el nivel de la competición porque permite a equipos pequeños y medianos disponer de muy buenos jugadores.

b) Permite a estos equipos disponer de estos futbolistas porque, dados los niveles de endeudamiento y falta de recursos de estos equipos, de otra forma no podrían acceder a ellos.

Frente a estos argumentos se podría defender aquello de que “cada palo aguante su vela”. Si un club se ha endeudado irresponsablemente, que asuma sus consecuencias, pague sus deudas y haga las cosas lo mejor posible a partir del momento en que se reconoce que dicha deuda es insostenible.

En este punto de “fondo bueno”, al Málaga no ha tocado Horta…


2. Los fondos como sustitutos de los bancos.

El negocio de los bancos es captar dinero de los ahorradores y prestar ese dinero a quien lo necesita: empresas para inversiones y/o necesidades transitorias, financiación de todo tipo a particulares, hipotecas, etc.  Pero la supervivencia de un banco depende que los préstamos sean devueltos.

Enlazado con el punto anterior, los clubs españoles están tan endeudados y generan tan pocos recursos que los bancos no les prestan dinero.

¿Quién le presta dinero, entonces, a los clubs? Pues alguien dispuesto a perder su dinero a cambio de un tipo de interés suficientemente alto. Casualmente, aquí aparecen otra vez los fondos de inversión.

Hace unos días hemos conocido que el ATM ha tenido que vender el 30% de Koke por 3 millones de euros a cambio de dejar de deber esa cantidad a un fondo de inversión. Muy mal tiene que estar el ATM para tener que hacer esta operación, ¿no creen?


3.  Los fondos como aberración.

Estamos ante los casos Castillejo, Darder y Camacho. No se aporta nada al club sino que se descapitaliza, se autodestruye. Frente a la “autosufiencicia” como objetivo hemos asistido a la casi  “autodestrucción”, menos mal que no ha salvado la campana…

Se malvenden a las joyas de la corona (casi se regalan), a fondos de los que casi nada se sabe, por un dinero irrisorio que ningún problema arregla.

Tanto es así (que no resuelven ningún problema) que seguidamente hay que acudir al mismo fondo como prestamista usurero (los del punto 2)

Nada más que decir, señorías. Saquen sus propias conclusiones