sábado, 27 de agosto de 2022

Sobre la difícil neutralidad en las ciencias sociales

Me gusta releer de vez en cuando los primeros capítulos de manuales de Economía, esos en los que se explica por qué la Economía es una ciencia y cuándo los economistas actúan como científicos. Igualmente intento leer nuevos libros que se mueven por esas aguas. (Por ejemplo, ¿Qué falla con la economía? de Robert Skidelsky).

Esta entrada se me ha ocurrido al leer hoy un hilo en twitter de un importante economista español. Y, como tantas otras veces, pongo al futbol como ejemplo práctico.

Seas científico o estudiante, abogado, periodista, fontanero o economista, autónomo o funcionario, si eres del R. Madrid o FC Barcelona es mucho más probable que estés a favor de la Superliga que si eres de otro equipo. Y para ello utilizarás argumentos coherentes y bien construidos.

De la misma forma, si eres español (por aquello del peso del RMD y FCB en España) es mucho más probable que estés a favor de la Superliga que si eres de otro país. De hecho, una de las principales razones por las cuales la Superliga no siguió adelante fue por la oposición de los hinchas ingleses (no por sus clubs, que la habían firmado).

Y hasta aquí mis reflexiones iniciales. Pero, ya que estamos, me gustaría comentar algunas otras cosas que siempre están de actualidad.

Estamos leyendo en las últimas semanas comentarios sobre la Premier League que más parecen una queja que una admiración.

¿Por qué no aspiramos a ser como la Premier en vez de «criticarla»?

¿Estarían RMD y FCB y sus seguidores dispuestos a cambiar el modelo «Liga» por el modelo «Premier»? La respuesta claramente es NO. Y lo vimos con el Real Decreto-ley de reparto centralizado de los derechos de TV.

El reparto centralizado de los derechos de TV fue un éxito por el gran incremento de los ingresos. Pero en el Real Decreto-ley se dejaba claro que los grandes no iban a perder un euro con el nuevo reparto.

Es decir, RMD y FBC no estaban dispuestos a cambiar una situación tan injusta como que ellos solos se llevaban casi el 40% de los ingresos de TV. Este cuadro es muy representativo de la situación en aquel momento:

En la temporada 2013-14 los cinco últimos equipos españoles recibían 18 mill. cada uno por derechos TV. En la temporada 2020-21 (últimos datos publicados) el último equipo recibió 46,8 mill. y el quinto por la cola 49,7 mill.

Como opinaba un poco más arriba, creo que la venta centralizada de los derechos de TV fue un éxito. Un ejemplo de cómo se pueden cambiar las cosas para que todos ganen y nadie se sienta perjudicado. Se aumenta la tarta y en el reparto nadie sale perdiendo.

Un ejemplo este de la venta centralizada, por volver al motivo de esta entrada, que podría servir de modelo para intentar resolver otros problemas de política económica, de Economía con mayusculas.

Mejorar la sociedad sin perjudicar de entrada a ningún colectivo importante (ahora mismo se me ocurre, por ejemplo, los pensionistas, que están siendo puestos en la diana por parte de esos que siempre tienen soluciones fáciles para todo). Otro ejemplo que se me ocurre es el de la Transición española. Cambiar a mejor sin dejar a nadie por el camino.

En definitiva, hemos hablado de futbol como ejemplo práctico pero la teoría está ahí, solo hace falta imaginación y determinación (¡casi ná!).