viernes, 10 de julio de 2015

¿Existe relación entre la evolución de la Bolsa y la economía real?


Sorprende un poco la excesiva importancia que los medios prestan cada día a la Bolsa como indicador de la evolución de la economía. Parece que la situación económica del país cambia diariamente en función de cómo cierra la Bolsa.

Si algo ha quedado claro en los últimos años es que una cosa es la “economía real” y otra, muy diferente, los movimientos de capitales, la que podemos denominar “economía financiera”, de la cual la Bolsa sí es un componente relevante.

La economía “real” es nuestra vida diaria, con nuestro sueldo, nuestros problemas y nuestros gastos. La economía “financiera”, en nuestra vida diaria, la podríamos equiparar a la obtención de un préstamo, a que nos “toque la lotería” o incluso a los “juegos malabares” que hacemos con nuestras tarjetas para llegar a final de mes.

Mientras que cambiar la realidad a mejor sólo se consigue poco a poco, y siempre que tengamos éxito en el empeño, los movimientos de dinero tienen una lógica diferente, pensemos, por ejemplo, en la compra de la casa o del coche (para lo que necesitamos el préstamo del párrafo anterior).

Tenía ganas de ver cuánto de diferente es la economía real de la financiera y se me ha ocurrido este gráfico. Como indicador de “economía real” utilizo el PIB a precios corrientes de cada año (*). Como indicador de “economía financiera” tomo el índice bursátil IBEX-35. Ambas magnitudes las he convertido a 100, siendo 100 el valor correspondiente a 31 de diciembre de 1989,  fecha en la que al IBEX-35 se le asignó el valor 3.000 (**). Aquí está el resultado:



Algunos comentarios:

- Sobre el PIB. En los últimos 25 años casi hemos multiplicado por 4 el valor de los bienes y servicios producidos (es lo significa pasar de 100 a casi 400 en 2014). Estamos hablando de precios corrientes, la misma unidad de medida que nuestros ingresos y gastos. Ahora, podemos ganar un sueldo 4 veces mayor que hace 25 años, pero no podemos comprar lo mismo que hace 25 años.

- Frente a un crecimiento continuado del PIB desde 1990 a 2008, desde 2008 asistimos a un estancamiento de nuestra capacidad de producir bienes y servicios. En 2014 el PIB es inferior al de 2008.

- Sobre el IBEX. Teóricamente se le presta atención a la Bolsa porque se le considera un indicador que anticipa el futuro de la economía. Si esto es así, podemos deducir que los inversores son unos optimistas o pesimistas compulsivos según los casos. Igual un año sube un 40% (en 2008) y al siguiente baja un 30% (en 2009). Si trasladamos estas variaciones a rentabilidades obtenidas o esperadas entenderemos por qué se dice siempre que no existen consejos mágicos para invertir en bolsa. Y que lo mejor es invertir aquel dinero que no vayamos a necesitar en un periodo razonable de tiempo si no queremos perder hasta la camisa.

- Casualmente estamos en un momento donde las dos líneas del gráfico están muy cerca. Esto no quiere decir nada, es una casualidad, depende la fecha en la hemos comenzado a medir. Lo que sí se observa es que estamos en una fase bursátil alcista, fase que nadie sabe cuando alcanzará su punto máximo (como se puede deducir del propio gráfico).


Notas:
(*)     Las variaciones del PIB que normalmente vemos en los periódicos se refieren a variaciones “reales”.  Por defecto se asume que es así. La variación “real” significa que se le descuenta el “efecto precio”. Por ejemplo, si el PIB pasa de 100 a 105 pero la inflación (la subida de los precios) ha sido del 3%, la variación real ha sido del 2%. Hemos sido capaces de producir un 2% más de bienes y servicios. A efectos informativos, en el periodo considerado en el gráfico los precios han subido un 113%

(**)    A 31 de diciembre de 2014 el IBEX tenía un valor de 10.279,5. El PIB español ronda el billón de euros


P.D.: Distinguir entre economía “real” y “financiera”  puede llevarnos al error de centrar nuestras vidas en la primera y olvidarnos de la segunda porque “no nos afecta” (como la política). Gravísimo error, como estamos comprobando estos días en los telediarios cuando vemos las colas ante los cajeros de Grecia. Al final, el dinero se acaba hasta para los banqueros y políticos. En nuestras manos está que todos ellos (y nosotros mismos) seamos más responsables.