El primer año de Michel y Víctor fueron excelentes, venían con ganas e ilusión. En el segundo año ya se integran en el entorno y la cosa se fastidia. Los Husillos-Cortés entran en juego y caemos en picado.
Lo mismo le puede estar pasando a Gaspar. Un primer año excelente, increíble, fantástico, ¡Gaspar nuestro héroe! Pero pasan los meses y llegamos hasta aquí.
Se nota que a Pellicer le pasa algo. Se nota que a Pellicer no se le valora como se merece. Y, simultáneamente, empezamos a leer menciones por parte de Cortés a su dios Husillos. Que si Gaspar es su alumno aventajado, que si Gaspar, como le dijo Husillos, "empieza a medir los tiempos", que si Gaspar, como hace Husillos, está demostrando "quien manda", etc. Esto no es casual.
Y todo esto solo nos puede traer ruina. La ruina habitual en Málaga de toda la vida. Nuestro nivel de incompetencia.
Pero si a Gaspar se le va Pellicer por haber "medido los tiempos" y demostrar "quien manda", será el principio del fin de una corta carrera de Gaspar como director deportivo.
Tener a estos "asesores" es muerte segura. Si hay evidencia científica de algo es de sus errores. Todo dirigente debe rodearse del mejor equipo. Y evitar personas tóxicas.
Si Pellicer se va vamos a sufrir mucho. Y Gaspar habrá cometido un error quizá irreversible por dejarse llevar por los de siempre. Al final, podemos tener otro verano con toda esa Málaga no malaguista rajando de lo lindo y nosotros, los cuatro gatos de siempre, sufriendo otra vez.
Estas son opiniones muy personales, más "provocativas" que otra cosa.
El Málaga debe seguir siendo gestionado por José María Muñoz, Manolo Gaspar y Sergio Pellicer. Porque la temporada que viene puede ser mejor que esta y porque el lío judicial no se va a arreglar para entonces.
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