Dejo por aquí, ampliado, el hilo de anoche en twitter.
En el cuadro preparado aparece el límite salarial del Málaga en los últimos años comparado con sus principales componentes (coste de la plantilla deportiva -incluye también la cantera- más las amortizaciones por los fichajes realizados.
El límite salarial es un control antes de la temporada. Luego la realidad es otra diferente.
La última temporada en 1ª división teníamos un límite salarial de 54 M., éramos el 11º equipo. Pero había que matar al jeque. Y al jeque le daba igual que lo mataran: no hacía nada. O igual sí hacía: confiaba en sus empleados y «dejaba hacer». Desde 2012 todo era malo malísimo y problemas, problemas, problemas. En la temporada 2017-18 por fín se cumplieron sus profecías. El jeque mantuvo a Michel en verano (a pesar de todas las faltas de respeto del entrenador) y en octubre el jeque trajo a su cómplice Husillos. Media Málaga nos quería muertos. Y Husillos no iba a llevarles la contraria.
En la temporada que acaba de terminar se ha repetido mucho otra vez esa idea: «mejor desaparecer y empezar desde cero». Es el nivel de nuestra Málaga futbolera, cuyos verdaderos sentimientos han salido a relucir este fin de semana pasado (euforía desmedida por su Madrid).
El primer año en Segunda fue un año perdido. Con Caminero y Jofre a los mandos (y el jeque). Tiramos a la basura 20,1 M. de ayuda al descenso y no reestructuramos del todo los gastos del club (bueno, algo sí: pasamos de un coste total de plantilla de 45,9 M. a 26,5 M.)
Con los mencionados 20,1 M. de ayuda al descenso nuestro límite salarial fue el primero de la división:
La temporada 2019-20 tenemos unos costes casi del doble permitido por el límite salarial (18,2 M. comprometidos frente a 9,9 M. autorizados). Fue el verano de Okazaki (rescinde, abandona Málaga y se va al Huesca) y aquellos otros jugadores que no pudieron firmar (José Rodríguez, Mula e Iván Rodríguez). Además nos castigan con un máximo de 18 fichas profesionales. En febrero 2020 llega el administrador judicial y al finalizar la temporada se hace el primer ERE del futbol profesional español (el ahorro se nota en las cuentas de la temporada siguiente).
Como no escarmentamos o, mejor dicho, no dio tiempo a terminar el ERE, la temporada 2020-21 nos siguen dejando con 18 fichas profesionales y salarios mínimos para los nuevos que quisieran llegar. Gracias a Dios teníamos a Pellicer, Gaspar hizo bien su trabajo y teníamos buenos canteranos. Y nos salvamos con holgura. «¡Que aburrimiento», escuchábamos en las tertulias.
En la actual temporada 2021-22 no podíamos tirar cohetes tampoco. El incremento del límite se debe principalmente a que se incluyen los fondos CVC (6,6 M. en total, que se pueden repartir en tres años). Personalmente, me parece correcta la prudencia a la hora de gastar. Otra cosa es que parece que no se ha gastado bien. Hemos tenido emociones fuertes, este año no nos hemos aburrido. Mejor para los tertulianos, malo para nosotros.
¿Qué pasará en la temporada 2022-23? Nadie lo sabe. Lo fácil es desconfiar a la vista de las declaraciones que salen desde el club («no tenemos proyecto», «la culpa es de la Champions») pero toca sacarse el abono, comprarse la camiseta nueva de Hummel, confiar en que han aprendido de los errores, no culpar a otros de nuestras incapacidades y cambiar el chip para ser optimistas y no tan tristes como este año.
Tweet