Quiero agradecer a José María López Jiménez su mención en su
prestigioso blog Sistema Financiero.
Para empezar, pensando en Michel, lo primero que pienso es la advertencia que aparece en los fondos de inversión: “rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras”.
Casi todas las cajas de ahorro han desaparecido y solo muy pocas han sobrevivido. También algún gran banco histórico, modelo hasta hace unos años, ha desaparecido. Nada perdura si se hacen las cosas mal, es obligatorio hacerlas muy bien para seguir adelante.
Para empezar, pensando en Michel, lo primero que pienso es la advertencia que aparece en los fondos de inversión: “rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras”.
Casi todas las cajas de ahorro han desaparecido y solo muy pocas han sobrevivido. También algún gran banco histórico, modelo hasta hace unos años, ha desaparecido. Nada perdura si se hacen las cosas mal, es obligatorio hacerlas muy bien para seguir adelante.
Por ejemplo,
en los famosos límites salariales el Málaga se ha situado en una cómoda
situación de mitad de tabla. No somos ricos pero tenemos algunos millones de
ventaja sobre los que menos disponen. Otra cosa es como se gestionen esos
millones. Se puede bajar gastando mucho dinero y estar arriba con un
presupuesto discreto.
El Málaga, gracias a sus activos, consecuencia de la enorme inyección de capital aportada en 2010 y 2011, no tuvo que ser “rescatado”. Probablemente ni siquiera se le hubiera dado esa posibilidad. Se hubiera optado por una “liquidación ordenada”. Han pasado unos años y ahora se comprueba como las instituciones, en el caso de Málaga, no solo no ayudaron sino que incluso lo empujaron un poquito hacia el precipicio (estoy pensando en la sanción de la UEFA de no jugar en Europa por no tener un acuerdo firmado con Hacienda).
A diferencia de las cajas, donde unos activos sobrevalorados se tuvieron que cubrir con inyecciones de recursos públicos, en el caso del Málaga se pudieron soportar unas pérdidas de 138 millones en dos años (2010-11 y 2011-12) vendiendo jugadores (los activos en este caso). Una vez superado el momento crítico se inició una duro camino reduciendo deuda pero sin problemas en el ámbito deportivo.
El Málaga, gracias a sus activos, consecuencia de la enorme inyección de capital aportada en 2010 y 2011, no tuvo que ser “rescatado”. Probablemente ni siquiera se le hubiera dado esa posibilidad. Se hubiera optado por una “liquidación ordenada”. Han pasado unos años y ahora se comprueba como las instituciones, en el caso de Málaga, no solo no ayudaron sino que incluso lo empujaron un poquito hacia el precipicio (estoy pensando en la sanción de la UEFA de no jugar en Europa por no tener un acuerdo firmado con Hacienda).
A diferencia de las cajas, donde unos activos sobrevalorados se tuvieron que cubrir con inyecciones de recursos públicos, en el caso del Málaga se pudieron soportar unas pérdidas de 138 millones en dos años (2010-11 y 2011-12) vendiendo jugadores (los activos en este caso). Una vez superado el momento crítico se inició una duro camino reduciendo deuda pero sin problemas en el ámbito deportivo.
Un duro
camino donde tampoco ha recibido comprensión, en este caso de los medios de
comunicación. Siguiendo con las similitudes, es como si la prensa económica
publicara todos los días en primera página los problemas de la banca. ¿Qué
hubieran hecho los depositantes con sus ahorros?
En el caso
de Málaga, es curioso cómo los aficionados más fieles siguen creciendo frente a
una impresión generalizada negativa sobre el club como institución. Justo lo
contrario que ha pasado con los clientes de bancos cuando se ha sabido que tenían
problemas. La realidad siempre acaba imponiéndose, en este caso una realidad
con problemas pero no tanto como el desastre que nos llevan anunciando desde
hace años.
No están las
cosas fáciles ni para los bancos ni para el Málaga. Por ello es imprescindible
disponer de profesionales de primer nivel haciendo sus mejores esfuerzos para
entender el mundo que nos rodea y tomar las decisiones adecuadas. Para los
miembros de los consejos de administración y puestos directivos clave en los
bancos se exige que cumplan con unos “requisitos de idoneidad”.
¿Están
nuestro presidente y directivos clave ejerciendo adecuadamente sus responsabilidades?
Sea cual sea la respuesta que cada uno quiera dar a esta pregunta, lo que
parece evidente en el caso del Málaga es que las decisiones que se toman (que
tendrán toda su justificación) no se sabe comunicar.
Finalmente:
las decisiones hay que saber tomarlas a tiempo. Este año se nos ha hecho tarde.
Ojalá no tengamos que sufrir más de la cuenta. Ni con nuestros bancos ni con
nuestro equipo.
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