Dejo aquí el artículo publicado en La Bombonera, nº 53, el 20-febrero-2016 (MCF – RMD).
Quiero dar las gracias a La Bombonera por su publicación, es un honor para mi escribir en una publicación tan grande.
Este año San Valentín
ha caído en domingo y me ha hecho escribir esta pequeña reflexión. Ojeando
rápidamente el diario SUR, solo minutos después de despertarme, me he encontrado
con una tierna viñeta del gran Angel Idigoras. Un par de ancianitos están
sentados uno frente al otro en una mesa y se dicen lo siguiente:
-Eres la confirmación
de las teorías de Albert Einstein sobre las ondas gravitacionales
espacio-temporales que harían posible viajar en el tiempo. -¿Qué dices,
Lorenzo?. –Que estás igual de guapa que cuando te conocí hace 50 años.
Después de la
inevitable sonrisa, lo primero que uno piensa ante el dibujo y el texto es: “yo
me quiero ver así junto a mi mujer”.
Pero mira por donde,
unas páginas más adelante, el gran Pachi Idigoras rompe el hechizo. En otra
genial viñeta, una muchachita le dice a su novio:
-Te quiero más que al
Málaga. -¡¿Tanto?! –Bueno, casi, Juanpi… digo…, Pepe
Cuando este tipo de
preguntas han surgido en mi casa, siempre le he dicho a mi mujer, de broma, que
me tiene que entender, que conocí al Málaga antes que a ella.
Precisamente
comentando estas viñetas, una amiga malaguista nos ha dicho por un grupo WhatsApp:
“el único amor de mi vida vuelve a ser el Málaga”
El futbol profesional
se ha convertido en los últimos años en una gran industria de ocio que mueve
miles de millones de euros. Para que un club sea competitivo necesita generar
muchos millones de euros cada año gracias a personas dispuestas a pagar no solo
las entradas y abonos sino también los partidos por televisión y sus nuevas
camisetas y productos de cada temporada.
Pero, si lo pensamos
bien, no solo estamos hablando de dinero. En la base de todo este negocio
económico están unos pocos equipos sustentados por sus aficionados más fieles.
Aquellos que declararon su amor a unos colores y nunca los cambiarán por
otros. Y que todos juntos pueden convertir al equipo de una ciudad mediana en
una gran empresa multinacional. Con el consiguiente beneficio para muchas miles
de personas a las que incluso ni les gusta el futbol.
Muchos malaguistas
queremos al Málaga y a Málaga muchísimo. Pero somos pocos en relación al
potencial que podríamos tener. El Málaga necesita amor. Y eso pasa, en mi
humilde opinión, por un nuevo campo el doble de grande, que vaya creando el
doble de malaguistas, y por un entorno mediático más constructivo, más
malaguista. También hoy he leído una frase genial: “Un hombre es viejo cuando
comienza a quejarse en vez de soñar". Me parece a mí que tenemos un
entorno mediático demasiado “viejo”, y que nos impide de dar el salto hacia
arriba.
Menos mal que La
Bombonera y otros medios “jóvenes” están enamorados de nuestro Málaga. A ver si
nos vemos viejecitos contándonos batallitas de victorias y títulos.